¿Sabías que la medida diaria de siniestros aumenta en un 7,4% cuando llueve? Es más, el mayor número de accidentes en invierno se producen con lluvia, con cifras muy por encima de la siniestralidad con nieve, niebla, granizo o viento.
Aunque no hayamos alcanzado aún la estación más fría del año, en otoño es habitual que se acumulen los días en los que, como estos en los que nos encontramos, la lluvia, el frío y la nieve sean protagonistas en gran parte de la Península. Y si tienes que salir a la carretera, el riesgo de sufrir un accidente se multiplica.
Por eso, además de informarte del estado de las carreteras y de las previsiones meteorológicas, revisa que los principales elementos de seguridad de tu coche están en buen estado (neumáticos, frenos, luces, parabrisas, escobillas limpiaparabrisas…).
Además de unos neumáticos y frenos en buen estado, tu (buena) visibilidad es otro aspecto clave más a la hora de conducir con lluvia. No en vano, tu visibilidad con lluvia se puede ver reducida por distintos factores que debes evitar.
Y es que, cuando llueve, hay menos luz ambiental y las gotas de agua en el aire reducen tu «visibilidad horizontal» (la distancia máxima a la que puedes distinguir un objeto).
Además, la lluvia filtra parte de la luz de los faros y reduce las zonas iluminadas. También, cambia la luz que se refleja sobre la carretera (el asfalto se ve más oscuro); reduce las propiedades reflectantes de la pintura de las marcas viales; y cambia la percepción visual de ciertas superficies.
Asimismo, la acumulación de gotas de agua en el parabrisas distorsionan la luz y reducen la visión del conductor, incluso con los limpiaparabrisas activados. Este efecto se multiplica si el parabrisas sufre desperfectos (impactos, grietas, arañazos…) y más se ha manchado con barro, sal… que pueda haber en la calzada.
1.- Antes de iniciar tu viaje, revisa las luces. Si conduces con lluvia, tan importante como que veas es que te vean. Por eso es fundamental que luces de posición, cruce… así como las de freno o los intermitentes funcionen adecuadamente.
2.- Enciende las luces de cruce, incluso las antiniebla, pero no las largas, pues su reflejo reduce la visibilidad. En condiciones extremas, puedes activar también los antiniebla traseros. Eso sí, no olvides apagarlos cuando mejore la visibilidad para no deslumbrar y arriesgarte a que te multen.
3.- Aumenta la distancia de seguridad. Esto reducirá el agua en suspensión que levante el vehículo que lleves delante (y te dará más tiempo de reacción ante imprevistos). Evita circular cerca de camiones y autobuses, pues pueden levantar grandes cantidades de agua.
4.- Fíjate en las luces de los coches que te preceden, te ayudará a anticipar por dónde sigue la carretera o si se producen situaciones que les obligan a frenar.
5.- Mantén el parabrisas en buen estado, sin daños y limpio. Y es que el parabrisas es el elemento clave para tu visibilidad con lluvia o sin ella. Por eso, siempre debes tenerlo en perfecto estado. No en vano, un parabrisas roto o sucio aumenta el riesgo de deslumbramientos.
6.- Asegúrate de que las escobillas limpiaparabrisas están en buen estado. Y más tras el verano que, con el sol y el calor, pueden haber perdido su elasticidad y no barrer el agua correctamente.
7.- Evita que se empañen los cristales. Cuando llueve, los cristales tienden a empañarse más rápido. Lo más eficaz es activar el desempañado del parabrisas y de la luneta trasera. Puedes acompañarlo encendiendo la calefacción y accionando el ventilador a la máxima potencia con las rejillas apuntando hacia el cristal.
Además de repasar estos sencillos consejos que te ayudarán a que tu seguridad no se vea comprometida si tienes que conducir con lluvia, ten en cuenta dos últimas recomendaciones:
Si al conducir con lluvia, recibes una de esas grandes salpicaduras por sorpresa (sobre todo, cuando vienen del sentido contrario de una autovía o autopista) no pierdas la calma por el impacto, ni por quedarte “a ciegas”: mantén la trayectoria y evita frenazos.
Y en todo caso, si la visibilidad se reduce hasta imposibilitar la conducción, para en un lugar seguro hasta que baje la intensidad de la lluvia. Recuerda que lo importante es llegar.
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